Influencia de la masonería en la vida personal de Blas Infante

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Hay muchos aspectos de la vida personal de Blas Infante que revelan su pertenencia a la masonería. Destacaremos su casa de Coria del Río, felizmente restaurada e infelizmente convertida en un mal museo.

La importancia de la casa se deriva de que su diseño es personal de Blas Infante, aunque auxiliado por los técnicos correspondientes. Diseño no sólo de la estructura sino también de los elementos decorativos.

Dentro de la casa hay un camino iniciático masónico, que muchos de vosotros habéis recorrido pero que pocos habéis visto.

En primer lugar, la estructura de la casa es bastante original y sorprendente. ¿ Por qué teniendo una finca de casi 10 ha y teniendo la casa una planta baja de 600 metros cuadrados habitables su estructura es básicamente un pasillo?

Un pasillo largo con habitaciones a los lados cuando se dispone de tanto espacio y fondos para construir cualquier cosa no deja de ser curioso, salvo que responda a un propósito determinado.

Y efectivamente, responde a un propósito de determinar un camino simbólico iniciático.

Nos centraremos en la segunda parte de la casa, la que imita un cortijo andaluz, ya que la simbología esotérica sufí de la primera parte es demasiado prolija de explicar en esta conferencia.

Si nos situamos en la cocina de la casa (lugar que representa a la materia, al animal humano puesto que es donde prepara la energía que sostiene el cuerpo), observaremos que de la misma se sale inclinado, la puerta es especialmente baja, la igual que la del cuarto de baño que está enfrente (también representando a la materia).

Siguiendo el pasillo entramos en el llamado Comedor de las Columnas, por la antedichas que decoran el mismo. En sus paredes encontramos cuatro cuadros en escayola representando las cuatro estaciones del año, símbolo del transcurso del tiempo y de los ciclos de la existencia del ser humano. Ciclos que influyen en la materia pero que se perciben por la mente.

Entre los cuatro cuadros hay una chimenea con una imagen de la Virgen de Guadalupe extremeña en el centro. Esta imagen tiene una gran carga simbólica.

En primer lugar es una virgen negra, una representación de la diosa madre Isis, con el sol (Horus-Jesús) en su mano izquierda. Ambas figuras, virgen y niño, son triangulares por la disposición de los ropajes. Triángulos equiláteros.

El triángulo tiene una gran significación en el mundo esotérico cuyo análisis excede el de la presente conferencia. Cuando se refieren a la madre y el hijo simbolizan, entre otras cosas, la creación, el universo y el equilibrio entre los opuestos, el sol (hijo) y la luna (madre), el cielo (hijo) y la tierra (madre).

Siguiendo el pasillo, nos encontramos con otras dos habitaciones enfrentadas, una dedicada a la mente y el conocimiento intelectual y otra dedicada al espíritu o conocimiento intuitivo y perceptivo. Son respectivamente la biblioteca y el oratorio.

La biblioteca, aparte de su propia significación como sala del conocimiento tiene todo un testero dedicado a un altar masónico, presidido por una pequeña imagen femenina (nuevamente la diosa madre) que se encuentra sobre un pedestal en forma de carnero (la era de Aries) dentro de una hornacina.

También tenía unos cuadros alrededor, específicamente colocados para transmitir un mensaje sobre el camino de perfección. Dicha disposición de los cuadros se ha modificado, conscientemente, en la actualidad y el mensaje se ha perdido.

El oratorio de la casa se ha denominado siempre la “sala de música” por tener una lira griega de cinco cuerdas en el dintel de entrada. También es un dintel bajo, lo que obliga a entrar inclinado y, como he resaltado antes, tiene una ventana única con dos columnas y un frontispicio triangular sobre las mismas.

Estanislao Naranjo Infante

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