Manifiesto liberalista del CEHA por el 4D 2025

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Quien se diera ayer un paseo por cualquier localidad de Andalucía pudo comprobar que el modelo reciente de 4D como “Día de la Bandera”, el día institucional en el que nuestros balcones supuestamente deben llenarse de arbonaidas, es un enorme fracaso. Cuestión diferente es si también supone un fracaso el a todas luces objetivo real -aunque no reconocido públicamente- de dicho modelo, que no es otro sino el de apropiarse desde la derecha españolista de la efeméride borrándole todo su significado original. En este sentido, el éxito es más que evidente, como demuestra la cada vez más insignificante presencia en la calle o en los medios de la reclamación soberanista del pueblo andaluz.

Una descripción dual similar también es aplicable a la celebración del 4D como aspiración soberanista desde aquella primera celebración en 1977. Usurpadas las manifestaciones por la cúpula de los diferentes partidos políticos de izquierdas y de su asociacionismo afín, el mensaje soberanista utilizado como reclamo tiene cada vez menos calado en Andalucía, haciendo que se vea cumplido el objetivo real encubierto, que era precisamente privar al concepto de soberanía de su verdadero contenido liberalista hasta transformarlo en algo vacuo e inerme y convertir el día en un desfile de vanidades políticas para quienes buscan sacarle provecho personal y/o electoral. Es más, con una mirada retrospectiva, puede verse que lo que se ha desarrollado en Andalucía a partir de la primera manifestación del 4D es un andalucismo regionalista transversal de izquierda a derecha y un andalucismo nacionalista de corte marxista que asume como premisa esencialista para la soberanía andaluza una antinatural homogeneidad ideológica, todo ello profundamente contrapuesto al federalismo de corte libertario defendido por Blas Infante.

La utilización de nuestros símbolos soberanistas por parte de la derecha institucional no ha hecho más que continuar el patrón partidista instaurado por la izquierda andaluza/andalucista de la transición, compartiendo, incluso, con esta misma izquierda andalucista la alteración del escudo original que Blas Infante había diseñado con un sentido simbólico muy concreto. De hecho, la distorsión deliberada del escudo de Andalucía que preside su Casa de la Alegría es un buen ejemplo de la desfiguración del pensamiento infantiano y un símbolo en sí mismo de cómo, en la actualidad, el andalucismo liberalista de Blas Infante está tan ausente del Día de la Bandera y de las manifestaciones del 4D como lo está el pueblo andaluz.

Desde el año 2020, los manifiestos del 4D del CEHA han estado llamando la atención sobre dichas ausencias, resaltando las cuestiones que consideramos necesarias para situar en el centro del debate la concepción liberalista de Blas Infante, al margen de la repetitiva propaganda que necesitan los partidos políticos. Invitamos a la (re)lectura de nuestros manifiestos, a la vez que continuamos animando al conocimiento reflexivo de la obra de Blas Infante.

EN EL 4 DE DICIEMBRE,

POR UN PUEBLO ANDALUZ LIBREPRENSADOR Y SOBERANO,

¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!

 

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